Ha reflexionado el investigador JUAN MANUEL VARGAS MORALES, que la ciudad de Pereira, en este
siglo de su existencia, goza de una
historia enjundiosa de valores,
que le dan honra a su seno de comunidad familiar y social, la cual tiene como
una de sus fuentes más preciadas, los trabajos de los misioneros Claretianos.
Era el 24 de diciembre de 1917, cuando se allegaron a
Boquerón, la pequeña caravana de
los misioneros hijos del Corazón
inmaculado de María; la vista del hermoso lugar le dio a los enviados de
Cristo, una imagen esperanzadora de los
bienes espirituales que futuramente cosecharían por la siembra evangélica en
las almas de la aldeana Pereira.
La incipiente urbe, contaba con su único Templo, de Nuestra
Señora de la Pobreza, semidestruido por un terremoto, que los misioneros
continuaron felizmente hasta su terminación. En los años 20’s, invitaron a las
hermanas de Santa Juana de Lestonac, a establecer el colegio femenino de la
Enseñanza y los Misioneros fundaron el
Instituto Claret; en los años treinta,
se dieron a la creación y construcción del cementerio San Camilo y trajeron a las
Hermanas Adoratrices para atender la Casa de la Joven; en los años 40’s construyen el Templo de San Antonio
María Claret; en los 50’ Son alma y nervio de la creación de la Diócesis de
Pereira; en los 90’s Fundaban los
Hogares Claret y para el centenario de
la misión extienden la Universidad
Claretiana a Pereira;
El tesón claretiano, en este siglo, se debe a vidas ilustres
en el servicio y la mística evangelizadora,
de hombres como los Padres, Federico Martínez, Jorge Palacios,
Constancio Pinto, Ángel María Canals,
Andrés Villar e Ignacio Montoya,
de gratísima recordación éstos últimos
por sus valores, y olor de santidad a la hora de su muerte.
Esta efemérides de los cien años de la presencia Claretiana en Pereira, han
sido para el Investigador un motor de incalculable potencia, que lo han llevado
a descubrir hechos de orden moral, social y cultural que perviven y que
han hecho de Pereira una meca de
virtudespara su hijos, vecinos, visitantes y amigos de hoy y de siempre,
porqueen Pereira no hay forasteros todos
somos Pereiranos.
Para la didáctica de la historia local Claretiana, el
investigador ha diseñado, cinco rutas, para recorrer con los Pereiranos, a lo largo del año centenario, reflexionando
acerca de las fuentes históricas que dan sentido a las obras realizadas por los
Misioneros con las Elites Cívicas y políticas de la ciudad.
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