domingo, 24 de septiembre de 2017

CIUDAD, IGLESIA E HISTORIA UN SIGLO DE VIDA MISIONERA CLARETIANA EN PEREIRA

Ha reflexionado el investigador JUAN MANUEL VARGAS MORALES, que la ciudad de Pereira, en este siglo de su existencia, goza de una  historia enjundiosa  de valores, que le dan honra a su seno de comunidad familiar y social, la cual tiene como una de sus fuentes más preciadas, los trabajos de los misioneros  Claretianos.

Era el 24 de diciembre de 1917, cuando se allegaron a Boquerón, la pequeña  caravana de los  misioneros hijos del Corazón inmaculado de María; la vista del hermoso lugar le dio a los enviados de Cristo, una imagen esperanzadora de  los bienes espirituales que futuramente cosecharían por la siembra evangélica en las almas de la aldeana Pereira.

La incipiente urbe, contaba con su único Templo, de Nuestra Señora de la Pobreza, semidestruido por un terremoto, que los misioneros continuaron felizmente hasta su terminación. En los años 20’s, invitaron a las hermanas de Santa Juana de Lestonac, a establecer el colegio femenino de la Enseñanza y los Misioneros fundaron  el Instituto Claret;  en los años treinta, se dieron  a  la creación y construcción del  cementerio San Camilo y trajeron a las Hermanas Adoratrices para atender la Casa de la Joven; en los años  40’s construyen el Templo de San Antonio María Claret; en los 50’ Son alma y nervio de la creación de la Diócesis de Pereira; en los  90’s Fundaban los Hogares Claret y para el  centenario de la misión  extienden la Universidad Claretiana a Pereira;

El tesón claretiano, en este siglo, se debe a vidas ilustres en el servicio y la mística evangelizadora,  de hombres como los Padres, Federico Martínez, Jorge Palacios, Constancio Pinto, Ángel María Canals,  Andrés Villar e  Ignacio Montoya, de gratísima recordación  éstos últimos por sus valores, y olor de santidad a la hora de su muerte.   

Esta efemérides de los cien años  de la presencia Claretiana en Pereira, han sido para el Investigador un motor de incalculable potencia, que lo han llevado a descubrir hechos de orden moral, social y cultural que perviven y que han  hecho de Pereira una meca de virtudespara su hijos, vecinos, visitantes y amigos de hoy y de siempre, porqueen Pereira no hay  forasteros todos somos Pereiranos.   

Para la didáctica de la historia local Claretiana, el investigador ha diseñado,  cinco  rutas, para recorrer  con los Pereiranos,  a lo largo del año centenario, reflexionando acerca de las fuentes históricas que dan sentido a las obras realizadas por los Misioneros con las  Elites Cívicas  y políticas de la ciudad.


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